Fuerza Bruta demuestra que las búsquedas artísticas pueden encauzarse en infinitas direcciones para llegar a resultados inimaginables. A lo largo de todo el espectáculo uno se encuentra cautivado, en constante expectativa frente a lo que está viviendo. Y ese es precisamente el objetivo: que público deje su cómoda posición de espectador y sea una parte de lo que sucede a su alrededor.
A través de escenas fuertes, juegos de luces, sonidos e imágenes y escenografías móviles que lo sorprenden minuto a minuto, uno se conecta con la experiencia a otro nivel. El sentido de la obra es... ninguno. O al menos ninguno pautado. Cada uno le encuentra un significado distinto. La secuencia lo transporta a una introspección continua, una búsqueda interna que recorre lugares desconocidos de la psiqus. El sentido deja de buscarse afuera para internalizarse.
Al final, el espectáculo deviene en una suerte de desenfreno masivo. La gente permanece en el lugar bailando durante una hora sin parar, mojándose con lluvia que cae del techo. Parece una catarsis grupal de lo recién encontrado.
"No existe en la obra el concepto de significado o representación. Una puerta es una puerta. No significa ni más ni menos que eso. El lenguaje es abstracto, sí, cada uno piensa lo que quiere. Absolutamente abstracto. Desde la creación. Nadie entiende el significado de la obra, porque no lo tiene."
Fuerza Bruta nace de las entrañas de De La Guarda. Sus creadores se separaron en 2005 para continuar su propia búsqueda artística. Hoy presenta su espectáculo en numerosas ciudades como Nueva York, Lisboa, Londres, Madrid y Barcelona.
Hay mucho que decir sobre la experiencia, aunque no siempre pueda expresarse acertadamente con palabras, pero la sorpresa es una base fundamental de la exhibición y no quiero arruinárselas. Aunque los ansiosos pueden ver el tráiler oficial.
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