miércoles, 8 de septiembre de 2010
Javier Sinay, sangre joven de la literatura actual
Su primer libro fue galardonado con el Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción en la Semana Negra de Gijón, una “feria literaria fascinante”, como la describe el autor, organizada en la ciudad española. De vuelta en Buenos Aires, y a la espera de la resolución de la lucha que llevan adelante los trabajadores de Crítica, donde actualmente trabaja, Sinay repasó su experiencia en España:
- ¿Qué significó ganar un premio tan importante y tener la posibilidad de viajar a España con tu primer libro?
-Aunque suene trillado, fue un sueño hecho realidad, pero también fue algo que se dio escalón a escalón. El hecho de quedar finalista, de viajar, de pasar una semana en España, asistir a las charlas, y al final presenciar la entrega de premios y escuchar mi nombre entre los ganadores.
- Tus rivales en la terna eran más conocidos. ¿Considerabas que tenías chances de ganar?
- Javier Valdez Cárdenas, un mexicano que es de Sinaloa, la provincia donde el narcotráfico es más fuerte, había escrito un libro sobre historias de mujeres en el narcotráfico ("Miss Narco: belleza, poder y violencia) que era muy bueno y de entrada parecía el que tenía más chances. Sin embargo, a lo largo de la Semana me fueron llegando rumores que me señalaban como posible ganador. Yo no me la quería creer porque si no después iba a ser peor, y por otro lado pensé que tal vez eso se lo decían a todos los participantes. Pero cuando alguien se acercaba a decirme que era su favorito, no podía evitar pensar que tenía posibilidades.
"Sangre Joven, matar y morir antes de la adultez" relata seis historias de crímenes de jóvenes cometidos por jóvenes, casos reales sucedidos en la Argentina entre 2002 y 2008, entre los que se incluyen la masacre de Carmen de Patagones (donde un chico disparó a quemarropa a sus compañeros en el aula) o el violador serial de La Plata apodado el "hombre araña".
- ¿Cómo lograste hilvanar estas crónicas de asesinatos adolescentes?
- Cuando empezó temporalmente toda esta serie de historias, yo trabajaba en el Suplemento Sí! y venía contando historias de jóvenes desde ese lugar. Después, por vaivenes profesionales, pasé por la televisión haciendo producción en “Forenses” y “Fiscales”, dos ciclos con bastante contenido policial. En un determinado momento empecé a pensar que estaría bueno juntar esas dos vertientes: el periodismo de cultura joven y el policial. Entonces me pareció que contar historias policiales protagonizadas por jóvenes era una buena manera de cruzar esos dos caminos, y que no estaban suficientemente explorados en nuestro periodismo, que había un lugar para hacerlo. Por eso me decidí a escribir el libro, y un año más tarde tuve la suerte de publicarlo con una importante repercusión.
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