El director indio Zubin Mehta volvió a Buenos Aires y se presentó en el Teatro Colón y en el Obelisco. Esta vez condujo a la Orquesta Filarmónica de Munich pero ya había visitado el país como director de la Orquesta Filarmónica de Israel, con la que está desde 1969 y de la cual porta el título de “director musical vitalicio”. También es mundialmente conocido por sus 15 años al frente de la Orquesta Filarmónica de Nueva York y por haber dirigido el famoso concierto de los 3 tenores Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo.
El sábado dirigió frente al obelisco un concierto para más de 25 mil personas, con un repertorio más popular que el que había presentado en el Colón. Incluyó la Obertura 1812 de Tchaikovski , la Danza húngara de Brahms o El murciélago de Strauss Jr.
Fuera de la biografía tradicional y trayectoria musical se pueden destacar otros aspectos.
Mehta rescata su herencia desde la gastronomía y dice que “cocinar es algo que muchos indios hacen cuando dejan su país”. Viaja alrededor del mundo con sus chiles y condimentos porque a pesar de todos estos años de giras declara que “nunca pudo acostumbrarse a a la comida occidental”.
En la india era muy difícil acceder a la música occidental y en sus comienzos su padre fue autodidacta de violín y el fundador de la orquesta de Bombay, que en sus comienzos era una mezcla de aficionados y unos pocos músicos profesionales porque no había concertistas clásicos.
El pequeño Zubin se crió en una casa donde las palabras y la música fueron lenguajes que aprendió en simultáneo, no recuerda cuando escuchó por primera vez a Mozart: “siempre estuvo allí”. También con un sentimiento antibritánico que generó contradicciones en su padre a la hora de tener que viajar a Inglaterra por razones económicas.
A pesar de su origen indio, resulta curioso que en su pais no lo reconocen como un par por ser Parsi, una comunidad minoritaria en la india, que se concentra en Bombay y que cuenta con otro exponente musical famoso: Farrokh Bulsara (Freddie Mercury).
Sacarte rescata su amplitud musical con esta anécdota que contó en una entrevista para la cadena Al Jazeera. En 1970 estaba en Los Ángeles para dirigir a la Orquesta Filarmónica, en una disquería conoció a Fank Zappa, pegaron onda por su mutuo amor por Stravinsky y, para mayo de ese mismo año, organizaron un concierto donde Mehta condujo la orquesta junto a una banda que el rockero preparó especialmente para el estreno del documental 200 motels.
Para todo aquel que ame la música es obligatorio escucharlo dirigir Las Cuatro Estaciones, de Vivaldi. Nada más y nada menos que con Pinchas Zukerman e Itzhak Perlman en los violines solistas. ¡Maravilloso!
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