
Gente que baila y una pista que genera energía a partir de esos movimientos: bienvenidos a la nueva generación de discotecas.
La idea nació en Rotterdam en 2004, de la mano del empresario Stef Van Dongen (director de la compañía Enviu) y dos años más tarde, se llevó a cabo el primer experimento en la discoteca Off Corso, que fue bautizado “La masa crítica”, en referencia al momento en que la cantidad de gente y movimientos en la pista de baile permite la generación de energía eléctrica.
A pesar de apuntar a un nicho específico y una cantidad relativamente menor de personas, la aceptación del proyecto de Enviu y Döll fue inmediata. Y en pocos años no sólo se inauguró el club “Watt”, el primer boliche con pista de baile “sostenible”, sino que Sustainable Dance Club se convirtió en una franquicia, que además ofrece consultoría tanto a otros boliches que quieren incorporar esta tecnología, como a eventos orientados a cuidar el medio ambiente. Además, cuenta con una original gama de productos, como condensadores de dióxido de carbono o barras “cero desperdicio”.

Además de expandir el proyecto a otras discotecas del mundo —hay potenciales clientes en Estados Unidos, Inglaterra, Brasil, Francia y Portugal—, Sustainable Dance Club está evaluando la posibilidad de incorporar su tecnología en gimnasios, donde también existe una alta producción de energía.
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